(Falso) Recordando el golpe militar en Chile | Tiempos financieros

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Felicitaciones y bienvenido al almuerzo gratis. Esta semana se cumple el 50 aniversario del golpe militar en Chile cuando el general Augusto Pinochet bombardeó el palacio presidencial, lo que provocó la muerte del presidente Salvador Allende, el fin de la democracia chilena y un reinado de terror y represión de 17 años (y un experimento en economía de libre mercado.

El último aspecto de este ensayo económico es el motivo por el que se menciona el «primer aniversario del 11 de septiembre», como lo llama Michael Goldfarb. entrevista en podcast Con el periodista estadounidense Mark Cooper, quien sirvió como traductor de Allende. Aunque Pinochet fue un dictador, no es raro encontrar la afirmación de que «al menos» arregló la economía. Incluso dentro del país, el 26 por ciento de los chilenos dijo que “a los militares les ha ido bien. . . desde el 16 por ciento en 2013”, según el último despacho del Financial Times desde Santiago. En el resto del mundo, Chile ha sido considerado durante mucho tiempo como un modelo de política de desarrollo económico, a menudo celebrado por lo que puede lograr una aplicación sólida de los principios del libre mercado. Esto contrasta con las perturbaciones económicas que innegablemente provocaron las políticas estatistas de Allende.

Entonces, ¿la dictadura «al menos» arregló la economía? La primera respuesta es que en realidad no debería hacerse la pregunta. Ciertamente no debería competir por la atención con la mordaz denuncia desatada por Pinochet y sus secuaces. No deberíamos comparar la tasa de crecimiento del PIB con el brutal ataque al sistema democrático de Chile, cuyos miles de personas han sido brutalmente asesinadas, decenas de miles de personas han sido torturadas y el bombardeo del palacio presidencial es un símbolo. La economía de la dictadura de Pinochet no es más relevante que si el presidente ruso Vladimir Putin está implementando políticas más o menos favorables a las empresas en la devastada Mariupol.

Todo lo que podemos hacer es examinar los hechos económicos. En términos de políticas y resultados, lo que estos hechos hacen es socavar la narrativa simplista de los «Chicago Boys» de Pinochet (jóvenes economistas chilenos formados en la Universidad de Chicago) de que las purgas del libre mercado condujeron a mejores economías. Logros.

En términos de prosperidad económica, la descripción más generosa de los logros de una dictadura es «desorganizada». El siguiente gráfico muestra el PIB real per cápita de Chile (Del Banco Mundial) la producción por persona cayó durante los dos últimos años del gobierno de Allende, después de un fuerte crecimiento al principio, antes de caer a un nivel promedio de estancamiento cuando los militares pusieron fin al gobierno democrático. Pero el golpe no detuvo el declive, ni mucho menos: en 1974 se produjo un estancamiento y en 1975 la economía colapsó. Un auge que se produjo hasta 1979 elevó los ingresos promedio a niveles previamente vistos durante el gobierno de Allende.

Además, no debemos olvidar que los fracasos en materia de desarrollo de 1972 y 1973 no se debieron todos a las políticas de Allende, sino más bien a las fuerzas desplegadas contra ellas. Incluyen las huelgas de camioneros menos disruptivas Asistido indirectamente por la CIAY, por supuesto, la conspiración de septiembre de 1973. Los asesinatos y el terrorismo también tienen una forma de enfriar la actividad económica.

En 1982 y 1983 se produjo una caída aún más profunda después de la crisis bancaria interna, lo que volvió a colocar el PIB per cápita por debajo de los niveles de los años de Allende. En general, la dictadura tuvo una tasa promedio de crecimiento del PIB per cápita de sólo el 1,7 por ciento. y de La desigualdad aumentó significativamente Después del declive bajo los dos últimos presidentes demócratas (ver gráfico a continuación), es justo decir que el crecimiento allí ha pasado por alto en gran medida a las masas.

Por el contrario, la democracia reestructurada de Chile hizo que la tasa de crecimiento del ingreso per cápita fuera de alrededor del 4 por ciento anual en las dos décadas posteriores a 1990. Al mismo tiempo, el nivel de desigualdad de Chile -uno de los más altos del mundo- finalmente ha comenzado a caer. De nuevo.

En términos de resultados, el logro de Chile debe atribuirse a su democracia restaurada. ¿Qué pasa con las políticas? A nivel micro, es cierto que el administrador económico de la dictadura devolvió al país a un sistema impulsado por el mercado y abierto al comercio internacional, con reducciones arancelarias, eliminación de controles de precios y privatización de empresas estatales. Pero en dos áreas políticas para la economía chilena, no es un paraíso del libre mercado.

Después de todo, la dictadura se apegó a la decisión de gobiernos democráticos anteriores de nacionalizar el cobre bajo la dirección de la empresa cuprífera estatal Codelco. Nada de políticas de libre mercado: el único cambio de Pinochet fue dar una gran parte de los ingresos por exportaciones de Codelco a las fuerzas armadas.

En segundo lugar, la desregulación de la economía a finales de los años 1970 coincidió con crecientes flujos de capital internacional que, como me dijo un economista chileno, llevaron a una forma de capitalismo financiero de compinches que impulsó el ascenso de los oligarcas rusos en los años 1990. «A medida que se privatizaban tanto los bancos como las grandes corporaciones, las corporaciones pedían prestado algo de dinero en Nueva York, compraban los bancos y se concedían préstamos a sí mismas», explicó. Al final, los préstamos fracasaron y los bancos sufrieron enormes pérdidas, pero los amigos empresarios de Pinochet fueron rescatados.

A menudo era una buena política mantener el cobre en manos del Estado; La gobernanza del sector bancario es definitivamente mala. Pero Chile no sigue el enfoque de principios de mercados anticompetitivos por el que es generalmente conocido. El desastre bancario, en particular, fue responsable de una década económica perdida; En 1983, el Chile central estaba peor en términos económicos simples que una década antes, y estaba más asustado y menos independiente.

No olvidemos la corrupción personal de Pinochet y su familia. El infame Ricks Bank En América. Esto resalta una lección importante en lo que respecta a la economía del totalitarismo: los requisitos previos para la prosperidad del desarrollo incluyen un tipo de previsibilidad, libertad y regulación basada en reglas que no respetan los sistemas autoritarios (como mencioné recientemente sobre China).

Parafraseando a Benjamín Franklin, aquellos que estén dispuestos a sacrificar la democracia por el crecimiento económico perderán ambas cosas. Ésta es la verdadera lección de Chile para quienes están insatisfechos con el funcionamiento del gobierno democrático, hace 50 años y hoy.

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