Encontrar el equilibrio adecuado entre estilo y funcionalidad en una cocina suele depender de los detalles. Uno de esos detalles cruciales es la elección de una mesa alta, que puede transformar el espacio. Si se coloca en el sitio adecuado y se elige con cuidado, puede estructurar el área, crear un rincón acogedor para comer y potenciar la armonía general. Sin embargo, hay que saber cómo integrarla bien en la cocina. No se permite que desentone o cause una impresión de añadido torpe. La meta es lograr que todo funcione junto, de manera natural.
Integrar su mesa alta sin romper el equilibrio #
¿Ha renovado o amueblado su cocina recientemente y está considerando agregar una mesa alta? Es una excelente elección. Sin embargo, para que tenga un efecto positivo, este nuevo mueble debe encontrar su lugar tanto estéticamente como funcionalmente. Un error común es comprarla de forma aislada, sin considerar el conjunto.
Primero, es fundamental consultar las opciones disponibles en sitios especializados, como mesa alta, para visualizar lo que realmente complementará su mobiliario actual. La idea no es simplemente añadir una mesa, sino crear un conjunto coherente.
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Una mesa alta puede definir un área de comedor, embellecer una pared vacía o incluso reemplazar una isla central. Todo depende de la distribución de su cocina y del flujo de movimiento. Evite elegir una mesa demasiado ancha si el espacio es reducido: es preferible un modelo estrecho bien posicionado que uno grande que obstaculice el paso.
Cuestión de materiales, cuestión de estilo #
En cuanto a los materiales, las opciones son diversas: madera natural, metal, MDF, acabado lacado, vidrio… Es esencial que elija algo que resuene con lo que ya tiene en su cocina. ¿Tiene muebles de madera oscura? Una mesa alta en el mismo tono o en contraste con metal negro puede producir un efecto muy elegante.
Si los frentes de su cocina son blancos o claros, un modelo de madera clara o con efecto de mármol puede iluminar el espacio y aportar calidez. Por el contrario, para un estilo contemporáneo más marcado, unas líneas sencillas, un pie central de metal o una superficie en negro mate serán ideales.
Lo primordial es no multiplicar los efectos de estilo. Demasiados contrastes pueden romper la unidad visual. Es mejor optar por un guiño sutil —un material, una forma, un color— para crear un vínculo discreto pero visible.
Altura y proporciones: encontrar el equilibrio adecuado #
No siempre se tiene en cuenta, pero las dimensiones de la mesa alta son tan importantes como su diseño. Si la mesa es demasiado alta, los taburetes serán incómodos. Si es demasiado baja, la experiencia de uso puede perder elegancia. La altura ideal para una cocina es de unos 90 cm.
En cuanto al ancho, ajustelo según su uso. Para un simple café de la mañana, basta con una mesa estrecha. Si se prevén comidas regulares, es mejor optar por un modelo más amplio. Para espacios reducidos, las mesas plegables o con almacenamiento integrado pueden hacer una gran diferencia.
Crear coherencia con los accesorios #
La mesa alta también es una oportunidad para jugar con la decoración y los accesorios. ¿Una bonita lámpara colgante sobre ella? Atrae la atención y da personalidad al ambiente. Taburetes que coincidan con las manijas de sus gavetas? Esto genera un atractivo visual efectivo.
Aun un simple jarrón, un manteles o una cesta pueden crear ese vínculo necesario. El secreto es no dejar nada al azar. Cada detalle cuenta, especialmente en un espacio tan concurrido como la cocina.
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