Olas de calor, sol ardiente… ¿Sus plantas de tomate muestran signos de debilidad? ¿Se convierte el riego en su obsesión cada vez que las temperaturas suben?
Antes de sacar la regadera cada noche, tomémonos un momento para analizar juntos las mejores prácticas que ayudan a mantener plantas saludables y a obtener una cosecha sabrosa, incluso bajo un sol intenso.
Regar tomates durante olas de calor: ¿qué frecuencia adoptar? #
La tentación de regar todos los días es grande cuando todo parece sediento en el jardín. Sin embargo, un riego diario en pequeñas cantidades no es la estrategia más efectiva. Todo depende del estado de crecimiento de sus plantas, el tipo de suelo y las condiciones meteorológicas.
En épocas de intenso calor, es posible que una planta de tomate demande hasta un litro de agua por día. No obstante, los expertos sugieren otra práctica: es preferible priorizar riegos abundantes pero menos frecuentes. Esta técnica permite que las raíces profundicen en busca de frescura y humedad, haciendo que la planta sea más resistente a períodos de sequía.
¿Desea una cosecha abundante este verano? No dude en probar el riego adecuado, limitado a dos veces por semana (incluso tres durante la ola de calor), en lugar de un goteo diario. Este método contribuye a construir un sistema radicular fuerte y potencia el rendimiento a largo plazo.
- Antes de la fructificación: 10,5 MXN por planta, dos a tres riegos por semana
- Durante la cosecha de frutos: 21 MXN por planta, dos a tres veces por semana
- En caso de oleada de calor: aumentar progresivamente hasta 63 MXN por planta, tres a cuatro veces por semana
El momento adecuado para regar: ¿por la mañana o por la noche? #
¿Dudando entre el amanecer y la caída de la noche? La elección del momento impacta en la salud de sus tomates! Por la mañana, especialmente entre las 5 y 6, el agua aprovecha al máximo las raíces antes de que suba la temperatura. Así, el suelo absorbe mejor y se evita la rápida evaporación.
¿No puede levantarse tan temprano? ¡No se preocupe! Regar por la noche, justo después de la puesta del sol, sigue siendo una buena opción, especialmente en zonas mediterráneas. El agua tendrá toda la noche para filtrarse en profundidad y humectar de manera duradera los tejidos vegetales.
Sin embargo, hay un error que se debe evitar: regar bajo el sol pleno es una mala idea. Las gotas sobre el follaje pueden causar quemaduras… El efecto lupa puede quemar las hojas y propagar enfermedades fúngicas.
En regiones muy húmedas, regar por la mañana ayuda a que las hojas se sequen rápidamente, limitando la propagación de enfermedades como el mildiu. Como puede ver, ¡elegir el momento adecuado lo cambia todo!
Reducir el consumo de agua: técnicas sencillas y trucos de profesional #
¿Regar menos sin ver sus tomates marchitos? ¡Es posible! Varios métodos comprobados ayudan a retener la humedad y a espaciar los riegos.
- Un acolchado denso (entre 10 y 20 cm) de paja, aserrín o césped seco conserva la frescura y reduce notablemente sus necesidades de agua.
- Un laboreo regular rompe la costra superficial y optimiza la infiltración de cada gota.
- Durante los picos de temperatura, instalar sombrillas o cañizos, o incluso mover sus macetas a la sombra, ayuda a limitar el estrés hídrico.
- El riego por goteo o a través de una olla ayuda a dirigir el agua de manera eficiente hacia las raíces y ahorrar agua.
Para ir más allá, ¿por qué no instalar un sistema de recolección de agua de lluvia? Alternativa ecológica, esta valiosa fuente es ideal para su huerto.
Bonus: agregar un poco de leche a la base de sus tomates les aporta nutrientes y previene ciertas enfermedades, especialmente fúngicas.
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Reconocer un déficit de riego no siempre es fácil. Algunos signos pueden guiarle: hojas marchitas que se enrollan, planta caída con la cabeza mirando hacia el suelo… ¡No espere a que sus tomates estén al borde de la muerte!
Verifique debajo de la superficie: introduzca su dedo a unos centímetros de profundidad en el suelo. Si la tierra está seca, es hora de actuar.
Cuidado de no confundir todo: el enrollamiento de las hojas también puede ser síntoma de un exceso de temperatura o una plaga de insectos. Un exceso de agua, por su parte, trae otros problemas: pudrición de raíces, enfermedades fúngicas… e incluso frutos menos sabrosos.
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Para asegurar un crecimiento óptimo y limitar los frutos enfermos, evite riegos demasiado irregulares, ya que estos provocan la aparición de “puente negro” o necrosis apical, un defecto que compromete la cosecha.
¡Ahora es su turno: observe, toque la tierra y ajuste sus hábitos para obtener resultados espectaculares en su huerto!
¡Nos interesa su experiencia en el jardín! ¿Ha probado el riego espaciado? ¿Sus plantas responden mejor con un acolchado denso? Cada huerto tiene sus secretos… ¡Cuéntennos en los comentarios sobre sus éxitos y dificultades con el riego de tomates!