En los últimos años, la histórica moneda mexicana de 50 pesos, que rinde homenaje a la diosa Coyolxauhqui, ha despertado un renovado interés entre coleccionistas de numismática tanto a nivel nacional como internacional. Su diseño, inspirado en una de las figuras más emblemáticas del México prehispánico, la hace una pieza deseable no solo por su valor artístico, sino por su vínculo con el legado cultural de los mexicas.
Al participar en ferias numismáticas y foros especializados, es evidente que esta moneda de 50 pesos ha pasado a ser objeto de análisis, coleccionismo y una búsqueda constante por parte de aficionados que anhelan versiones raras o en condiciones excepcionales.
La moneda de la Diosa Coyolxauhqui: un valor que alcanza miles de pesos #
La imagen de Coyolxauhqui, hallada en el Templo Mayor de Tenochtitlán en 1978, simboliza una de las deidades más complejas del panteón mexica, relacionada con la luna, el sacrificio y la lucha cósmica. La inclusión de su figura en una moneda de 50 pesos de curso legal en los años 80 fue vista como un tributo a las raíces indígenas de México. Más de cuatro décadas después de su emisión, esta moneda continúa atrayendo la atención en el ámbito de los objetos coleccionables.
Dentro de las piezas más deseadas por los coleccionistas de numismática se encuentra la versión proof de 1983, una edición limitada que se caracteriza por su acabado espejo, detalle excepcional y conservación impecable. Estas monedas no estaban destinadas a la circulación común, sino a un público especializado, lo que explica su escasez y atractivo. En el mercado europeo, particularmente en casas de subastas numismáticas, esta edición ha alcanzado precios de hasta 230 euros, lo que se traduce en aproximadamente 4,995 pesos mexicanos según el tipo de cambio actual.
La moneda histórica de la serie de 50 pesos está elaborada en cuproníquel y tiene un diámetro de 40 mm. En su anverso presenta el Escudo Nacional acompañado de la leyenda “Estados Unidos Mexicanos”, mientras que el reverso exhibe la figura de Coyolxauhqui tal como fue representada en el monolito original, rodeada por la denominación y el año de emisión. La versión proof se diferencia no solo por su acabado pulido, sino también por su encapsulado original, lo que contribuye a su estado impecable.