El higuera es un árbol generoso que, con el adecuado cuidado, proporciona una cosecha abundante y un desarrollo equilibrado. Sin embargo, una poda inadecuada puede debilitar al árbol, disminuir la producción de frutos y facilitar la aparición de enfermedades. A continuación, se presentan seis errores comunes que se deben evitar al podar su higuera.
1. Podar en un momento inadecuado #
Uno de los errores más comunes es realizar la poda en pleno invierno, suponiendo que el árbol en reposo sanar mejor. En realidad, un corte realizado demasiado pronto expone a la higuera a heladas tardías, lo que puede perjudicar a los nuevos brotes y ralentizar su recuperación en primavera.
El momento ideal para podar es a finales de invierno o a principios de primavera, cuando los riesgos de heladas han disminuido y la savia comienza a circular.
También es recomendable hacer una ligera poda después de la cosecha de verano para mejorar la ventilación del árbol.
2. Eliminar demasiadas ramas de un solo golpe #
Una higuera podada de manera demasiado drástica tardará varias temporadas en volver a encontrar su equilibrio. Un corte severo provoca una reacción de estrés: el árbol producirá una gran cantidad de nuevos brotes que serán débiles y poco productivos.
Es preferible optar por una poda gradual, eliminando solo un tercio de las ramas cada año. Este método ayuda a estimular la fructificación, manteniendo al mismo tiempo una estructura armoniosa.
3. Olvidar airear el centro del árbol #
Una higuera mal podada rápidamente puede volverse demasiado densa, impidiendo que la luz y el aire circulen adecuadamente. Esta falta de aireación retrasa la maduración de los higos, favorece la humedad y aumenta el riesgo de enfermedades fúngicas como la pudrición de los frutos.
Para leer Evita que las ratas invadan tu compost: 4 consejos prácticos para protegerlo sin esfuerzo.
Es crucial eliminar durante la poda las ramas que se cruzan o crecen hacia el interior para despejar el interior del árbol. Una buena regla es que se debe poder ver a través de la higuera después de la poda.
4. Desatender las ramas muertas o mal colocadas #
Ciertas ramas no contribuyen a la fructificación y pueden debilitar el árbol si no se eliminan.
Las ramas muertas, los brotes muy finos o aquellos que crecen directamente desde la base del tronco (conocidos como chupones) deben ser cortados.
Estos elementos parasitizan el crecimiento de la higuera al consumir innecesariamente sus reservas. Al eliminarlos regularmente, el árbol puede concentrar su energía en las ramas más productivas.
5. Utilizar herramientas inadecuadas #
Muchos jardineros descuidan la calidad de sus herramientas, lo que puede resultar en cortes irregulares y heridas difíciles de sanar. Las tijeras de podar desafiladas o sucias pueden aplastar las ramas en lugar de cortarlas de manera limpia, aumentando así el riesgo de enfermedades.
Es fundamental usar un tijera bien afilada y desinfectada antes de cada poda. Para ramas más gruesas, una sierra de podar limpia y afilada será más eficaz.
6. No proteger las heridas de poda #
Después de la poda, la higuera es vulnerable a infecciones y plagas. Dejar heridas abiertas facilita la entrada de hongos y puede retardar el proceso de cicatrización.
En cortes de mayor tamaño, se recomienda aplicar un sellador cicatrizante o un bálsamo natural, como una mezcla de arcilla y agua, para proteger la herida y favorecer la sanación.
Y usted, ¿ha enfrentado dificultades al podar su higuera? ¿Qué consejos ofrecería a los jardineros novatos para evitar estos errores? Comparta su experiencia en los comentarios, ¡podría ser muy útil para otros entusiastas!