Después de una comida, es común enjuagar rápidamente los platos y vasos bajo el grifo antes de colocarlos en el lavavajillas. Sin embargo, este hábito, aunque parece lógico, no es ni económico, ni ecológico, e incluso puede ser ineficaz.
De hecho, el preenjuague puede afectar el funcionamiento adecuado de su aparato y resultar en un desperdicio innecesario de agua. Exploremos por qué es mejor evitar este gesto y qué prácticas implementar para un lavado óptimo.
¿Por qué el preenjuague no es ecológico? #
Muchos creen que enjuagar los platos antes de ponerlos en el lavavajillas asegura una limpieza superior. Un estudio realizado por la marca Finish revela que el 39 % de los franceses aún cree que este paso es indispensable. Sin embargo, los datos muestran una realidad bastante diferente.
Un ciclo de lavado en el lavavajillas utiliza aproximadamente 12 litros de agua, mientras que lavar a mano requiere cerca de 42 litros para la misma cantidad de platos. Al añadir un preenjuague sistemático, el consumo de agua se dispara. Cada año, esto representa más de 22 mil millones de litros de agua desperdiciados innecesariamente. Un recurso valioso que podría ser plenamente conservado al cambiar simplemente nuestros hábitos.
Además, los lavavajillas modernos están diseñados específicamente para manejar platos y utensilios sucios. Cuentan con sensores que pueden detectar residuos de alimentos, ajustando así la potencia y duración del lavado. Si enjuagas los platos con anterioridad, estos sensores no ven suficiente suciedad como para activar un ciclo de lavado óptimo.
El enjuague interfiere en la eficacia del lavado #
Aparte del desperdicio de agua, el preenjuague perjudica el rendimiento del lavavajillas. Los detergentes modernos, ya sean en forma de pastillas o líquidos, están formulados para actuar en contacto con los residuos de alimentos. Sin ellos, el producto de lavado no puede cumplir su función de manera efectiva.
En resumen, si su vajilla está demasiado limpia al momento de entrar en la máquina, el detergente se vuelve menos efectivo. Es posible que termine con platos poco limpios, vasos nublados y cubiertos aún grasientos. ¡Una ironía cuando se cree que se ha tomado una medida adicional!
Para leer Ácaros: Estrategias efectivas para eliminarlos rápidamente y purificar tu hogar
En algunos casos, esta ineficacia puede obligar a reiniciar un segundo ciclo de lavado, lo que causa un consumo adicional de agua y energía. Al final, no solo el resultado es insatisfactorio, sino que el impacto ambiental también es mayor.
Los buenos hábitos para un lavado óptimo #
En lugar de desperdiciar agua y energía con un preenjuague innecesario, adopte estos sencillos gestos para asegurar un lavado impecable:
- Retire los residuos de alimentos sólidos: utilice una espátula o cuchara para quitar los restos de comida antes de colocar los platos en el lavavajillas.
- Elija el programa de lavado adecuado: ajuste el ciclo según el grado de suciedad de su vajilla. Los programas eco o intensivos están diseñados para situaciones específicas.
- Cargue correctamente el lavavajillas: disponga los platos y cubiertos de forma que no bloqueen los brazos rociadores. El agua debe poder circular libremente.
- Utilice un detergente adecuado: elija pastillas o productos específicamente diseñados para lavavajillas. Añadir ocasionalmente bicarbonato de sodio también puede ayudar a eliminar olores.
- Limpie regularmente los filtros y brazos rociadores: esto evita la acumulación de restos de alimentos que podrían obstaculizar la eficacia del lavado.
- Inicie el lavavajillas únicamente cuando esté lleno: esto optimiza el consumo de agua y energía en cada ciclo.
Estos gestos sencillos garantizan una vajilla limpia y reducen el desperdicio de agua y electricidad.
¿Y si persisten las manchas en la vajilla? #
A veces, a pesar de un lavado óptimo, puede suceder que los vasos salgan con manchas blancas o que algunos cubiertos se vean apagados. Esto se debe a menudo a un agua excesivamente calcárea. En este caso, puedes:
Para leer Un estudio revela el lugar con más bacterias en tu hogar (y no son los inodoros)
- Añadir un producto anticalcáreo o un poco de ácido cítrico en el compartimento del detergente.
- Verificar el nivel de sal regenerante en el lavavajillas.
- Ajustar la configuración del sistema antical que tenga su dispositivo.
Estos pequeños ajustes ayudan a reducir los depósitos y lograr una vajilla brillante, lavado tras lavado.